anoche
soñé
que tenía
una camisa hawaiiana
tenía muchos
colores cambiantes
rojizos, azulados, amarillentos,
verdosos y algunos casi grisáceos
combinados, intercalados
de a ratos unos de a ratos otros
viste como son
los sueños
en siluetas de palmeras
en islitas y flores
y soles entre nubes
que se iban por el horizonte
esta camisa hawaiiana
me hacía
la persona más feliz
de todo el maldito mundo
era el jodido Aníbal
cruzando los jodidos Alpes
en un jodido elefante con propulsión a chorro
incluso, todo, pero todo
este maldito mundo roto
estaba entero, y bien,
gracias a mi camisa hawaiiana
entonces levanté la mano
para aplastar el botón
que enciende la luz
del reloj despertador
y posterga el chillido decapitante
que me indica
que tengo que ir a laburar
por dos minutos
dormido como estaba
desde el borde del colchón
tome impulso
con la misma mano
giré despacio hacia el otro lado
con el cuidado y el cálculo
de quien espera posar su mano
sobre
con la torpeza del tropiezo
de quien sigue de largo al vacío
de quien sigue de largo al vacío
esperando encontrarse
con
con
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